Como fue mi experiencia trabajando en CactusFire - martes, 12 de noviembre de 2024
El relato de la experiencia de Kamerr Ezz en el proyecto CactusFire es una inmersión en las complejidades de la colaboración profesional y el aprendizaje técnico. Desde sus inicios como un programador apasionado hasta su interacción clave con LHCLYT, el dueño del proyecto, Kamerr desvela momentos de crecimiento personal, tensiones en la dinámica de trabajo, y situaciones que desafiaron su comprensión del código y la gestión de proyectos. La historia detalla cómo su ayuda inicial se convirtió en un pilar técnico para CactusFire y cómo, con el tiempo, las diferencias en la visión y la falta de reconocimiento fueron tensando la relación. Kamerr refleja sobre lecciones cruciales que marcaron su carrera, sin omitir detalles que pueden cambiar la percepción del lector sobre el verdadero desarrollo y liderazgo detrás de CactusFire. La experiencia concluye con un punto final, dejando entrever un desenlace inesperado y las enseñanzas que extrajo para futuros proyectos.
Mi experiencia con CactusFire
Hoy quiero compartir una historia que marcó una etapa interesante en mi vida profesional: mi experiencia trabajando en el proyecto CactusFire. Este blog no es solo un recuento de lo que fue estar involucrado en este emprendimiento, sino también una reflexión sincera sobre las relaciones interpersonales en el ámbito profesional y las lecciones de vida que aprendí a lo largo del camino.
Desde el principio, me uní a CactusFire con grandes expectativas y curiosidad por lo que el proyecto prometía. Mi relación con el dueño, conocido como LHCLYT, fue una pieza fundamental en todo este proceso, y aunque hubo momentos destacados y otros que salieron de lo común, cada uno de ellos dejó una marca importante en mi desarrollo personal y profesional.
Este blog no tendrá censuras ni se guardará nada entre líneas. Creo firmemente que compartir una experiencia de forma honesta puede servir como lección para quienes buscan entender más sobre la complejidad de las relaciones humanas en entornos laborales.
Los inicios: de la curiosidad al primer gran proyecto
Corría el año 2019, una época clave en mi vida como programador. Aunque llevaba programando desde los 8 años, fue en 2019 cuando decidí formalizar mi camino y dedicarme por completo al desarrollo de software. En ese momento, la escena del desarrollo de bots estaba en su auge, y Discord era el epicentro de esta revolución. La creación de bots para servidores era el pan de cada día, y yo, atraído por la idea de construir algo que pudiera ayudar a comunidades enteras, decidí sumergirme en ese mundo.
Mi primer contacto con la comunidad de desarrollo de bots fue emocionante. Había una comunidad en particular que destacaba por ser la pionera en este campo y la única que contaba con guías completas y recursos detallados sobre cómo crear un bot de Discord. Fuera de esta comunidad, la información era escasa y el terreno del desarrollo de bots aún era muy nuevo y poco explorado. Esta comunidad no solo proporcionaba el conocimiento necesario, sino que también lideraba la fase de experimentación y aprendizaje sobre cómo crear bots de Discord. Fue en este entorno, único en su momento, donde comencé a conocer a LHCLYT, quien más tarde se convertiría en una figura clave en mi experiencia con CactusFire.
¿Qué es CactusFire? Es un bot con una premisa ambiciosa y práctica: reunir todas las funcionalidades esenciales de varios bots en uno solo. En lugar de tener que invitar múltiples bots para gestionar diferentes tareas en un servidor, CactusFire prometía ser la solución integral que simplificaba la gestión al concentrar todas esas herramientas en un solo bot. Desde la moderación hasta la reproducción de música, pasando por comandos de diversión y gestión de roles, CactusFire se propuso ser un todo en uno.
Sin embargo, como todo proyecto, CactusFire evolucionó, y con el tiempo, dejó atrás parte de su origen. Pero en ese entonces, su propósito inicial era claro y motivador, y fue justamente esa visión la que me llevó a involucrarme y colaborar con LHCLYT.
De pequeños proyectos a la colaboración clave
En esos primeros años, mientras aprendía y experimentaba, trabajé en varios proyectos pequeños. Algunos de esos proyectos aún siguen vivos y funcionando hoy en día, lo que me llena de orgullo. Sin embargo, hubo otros que nunca lograron despegar y se quedaron estancados, hasta desaparecer. Quizás todavía quede algún fragmento de esos proyectos olvidados en algún repositorio de GitHub, pero no es relevante para esta historia. Lo importante es que, en medio de todo este proceso de exploración y aprendizaje, empecé a desarrollar una visión propia y a experimentar con el código por puro interés.
Comencé a programar creando un proyecto que era un bot de Discord, no porque quisiera seguir la corriente de quienes buscaban fama, sino porque encontré en ello una forma interesante de aprender y explorar lo que se podía hacer con código. Me impresionaba cómo una línea de código podía cobrar vida y transformarse en algo útil, y cada avance me motivaba a seguir desarrollando más. Mi propósito no era hacer un bot famoso ni ampliamente utilizado; simplemente quería experimentar y aprender, porque estaba en mis primeros pasos en la programación y todo era emocionante.
El verdadero punto de inflexión llegó cuando conocí a LHCLYT, quien estaba enfrentando algunos problemas con su propio proyecto, CactusFire. No entendía ciertos aspectos técnicos y se le complicaba avanzar. Yo, apasionado por el código y siempre dispuesto a ayudar, decidí darle una mano. Fue así como tuve mi primer contacto con LHCLYT, y eso marcó el inicio de nuestra colaboración en lo que más tarde se convertiría en CactusFire.
El primer contacto con LHCLYT: Ayuda y descubrimientos
En ese tiempo, mientras continuaba aprendiendo y experimentando, comencé a desarrollar proyectos que tenían como objetivo ayudar a otros programadores a simplificar su trabajo y entender mejor ciertos conceptos. Aunque este es un tema aparte que podría detallar en otro momento, fue precisamente ese enfoque de crear herramientas útiles lo que me llevó a mi primer contacto con LHCLYT.
La primera vez que LHCLYT solicitó mi ayuda fue porque estaba intentando trabajar con un paquete o una librería que permitía enviar imágenes editadas, como bienvenidas personalizadas para nuevos miembros en un servidor. Era un código que generaba una imagen con una foto y un mensaje de bienvenida junto con el nombre del usuario. Aunque hoy en día algo así puede parecer básico, en ese entonces, cuando estábamos apenas comenzando, resultaba bastante complejo.
LHCLYT quería implementar esta funcionalidad en su bot, pero se enfrentaba a dificultades. Configurar las bienvenidas requería escribir el código para indicarle al bot dónde debía enviar los mensajes de bienvenida cuando un nuevo usuario se unía al servidor, validar los permisos necesarios y manejar otros detalles técnicos. Para él, esto era un reto, y como yo ya había trabajado en códigos similares, me pidió ayuda. Ese fue nuestro primer contacto, y al ayudarlo, se fue formando una relación que marcó el inicio de nuestra colaboración.
Recuerdo que LHCLYT siempre quería hacer muchas cosas, pero a veces parecía que no entendía del todo lo que estaba intentando construir, y por eso me buscaba. Aunque yo también me enfrentaba a códigos y conceptos nuevos, tenía la habilidad de detenerme, estudiar y entender rápidamente lo que estaba haciendo. Creo que es una de mis mayores fortalezas: la capacidad de aprender y adaptarme sobre la marcha. Y aquí es donde quiero dejar una reflexión importante: está bien querer hacer muchas cosas y avanzar, pero es esencial tomarse el tiempo necesario para entender lo que se está haciendo y prestar más atención cuando un proyecto se vuelve complicado. Esta es una lección que quiero destacar, ya que más adelante profundizaré en por qué esto es tan relevante y cómo marcó mi experiencia.
La ayuda que se volvió aprendizaje mutuo
Uno de los recuerdos más vívidos que tengo de mi relación con LHCLYT es el tiempo que pasábamos en contacto, especialmente cuando me pedía ayuda para sus proyectos. Recuerdo claramente cuando decidí intentar replicar un pequeño paquete que un miembro de la comunidad había creado, el cual permitía editar imágenes mediante código. Aunque era un desafío para mí, me pareció una idea interesante, y al final logré hacerlo funcionar. No fue sencillo y me costó bastante esfuerzo, pero el resultado fue satisfactorio, sobre todo considerando que estaba en mis primeros pasos como programador.
Este logro llamó la atención de LHCLYT, quien también quería implementar algo similar para sus propios proyectos, ya que estaba desarrollando un bot y, en ese momento, trabajaba con una versión de CactusFire, aunque yo aún no participaba en ese proyecto. LHCLYT, al ver lo que había hecho, empezó a pedirme ayuda para entender cómo funcionaba. No entendía mucho de lo que estaba haciendo y, después de varias solicitudes de ayuda, recuerdo haberle dicho algo que, aunque no recuerdo el contexto exacto, fue una respuesta que mostraba mi cansancio: le expliqué que yo había aprendido a hacerlo investigando por mi cuenta, sin que nadie me ayudara, y que él debía hacer lo mismo en lugar de depender completamente de mí.
En ese período, conocí a una persona llamada sing, que también me ayudó en mis inicios y con la que compartí algunos de mis avances. Sin embargo, la mayor parte del aprendizaje fue en solitario, y esa fue una lección que traté de transmitirle a LHCLYT. A pesar de mis advertencias, continué ayudándole con su proyecto, que en realidad era una imitación del proyecto que yo había creado basándome en otro código. Recuerdo claramente que su código era un caos; él mismo parecía no entenderlo del todo, y yo terminé reescribiéndolo y organizándolo para que fuera más legible y funcional.
Durante ese tiempo, también le expliqué algunos conceptos de programación, especialmente relacionados con ECMAScript 6 (ES6), ya que yo mismo los estaba aprendiendo y aplicando en mis propios proyectos. Pero lo que más me quedó marcado fue que muchas veces lo que él pedía como “ayuda” se convertía en que yo terminaba escribiendo el código completo, ya que él no lograba comprenderlo del todo. Esto no me resultaba tan extraño en su momento, porque no sabía que, aunque él conocía JavaScript, no tenía un dominio profundo. Yo asumía que, por trabajar en proyectos tan complejos, debía tener un conocimiento avanzado, pero pronto me di cuenta de que no siempre era así.
Este es un punto que quiero resaltar porque es importante para el resto de la historia. Entender cuándo la ayuda deja de ser una simple colaboración y se convierte en hacer el trabajo de otro es una línea que, cuando se cruza, marca una diferencia significativa en las dinámicas de trabajo y en las expectativas. Este aprendizaje se volvió crucial para mí más adelante, y es un tema al que volveré más adelante.
La invitación a CactusFire y el inicio de una colaboración intensa
Mi experiencia con CactusFire realmente comenzó cuando LHCLYT, enfrentando dificultades en su proyecto, me invitó a colaborar. Desde el principio, nuestra dinámica de trabajo fue peculiar. LHCLYT solía trabajar en las funcionalidades del bot, pero cuando llegaba al punto en el que no entendía cómo seguir, se estresaba o simplemente no lograba hacer que las cosas funcionaran, yo terminaba arreglándolas y haciéndolas operativas. Así fue como empezamos a colaborar de manera más constante.
En muchas ocasiones, LHCLYT iniciaba un código y, aunque a veces lo entendía o lo hacía bien, yo tenía que editar y mejorar partes más complejas o solucionar lo que él no lograba. Mientras escribo esto, me doy cuenta de que parecía que yo tenía más conocimiento técnico que él. Aunque esto es solo mi percepción, hay razones para creerlo. En algún momento me han mencionado que podría tener autismo (Kamerr tiene autismo), lo cual podría explicar la forma en que abordo y proceso la información, pero ese es un tema que dejaré para contar en otro momento.
Así fue como empecé a trabajar en CactusFire. Al principio, para mí, ayudar y colaborar en el proyecto era algo normal, sobre todo porque consideraba a LHCLYT un amigo y veía el proyecto como un esfuerzo conjunto. Sin embargo, también recuerdo que no todo era sencillo. Tuvimos varios momentos de tensión, especialmente cuando nuestras opiniones chocaban. Por ejemplo, había ocasiones en las que yo quería implementar ideas diferentes o enfocarme en otros aspectos del bot, mientras que LHCLYT prefería seguir su propia visión. Estas diferencias, aunque comprensibles al trabajar con otra persona, se convertían a veces en discusiones. Era curioso, y mirando hacia atrás, veo que eran señales de lo que vendría más adelante.
Otro aspecto interesante es que, al comienzo, había rumores que no podía confirmar, pero que ahora comparto en este blog sin censura, como prometí. Tenía amigos, que también desarrollaban bots de Discord, y se comentaba que partes del código que implementába en CactusFire no eran de el, si no, que eran copiados o tomados sin autorización, a pesar de que en ese entonces yo no colaboraba oficialmente con el proyecto. Las versiones que escuché sugerían que LHCLYT solía pedir ayuda, pero esa “ayuda” consistía en que otros terminaban haciendo el trabajo por él, y luego él lo incorporaba a su bot. Algunos contactos me dijeron que esto era cierto y que era una práctica habitual, mientras que otros solo lo mencionaron como un rumor sin pruebas definitivas.
Con el tiempo, estos rumores y la idea de que el código de otros aparecía en CactusFire sin el debido crédito se hicieron más tangibles para mí. Ya en mi etapa de colaboración oficial, pude ver que muchas de estas afirmaciones tenían fundamento. A día de hoy, algunas personas en la comunidad saben que esta situación existió, aunque LHCLYT lo niegue. Esta parte de la historia es importante porque refleja la complejidad de trabajar en un proyecto colaborativo, donde las líneas entre ayuda y apropiación de trabajo se vuelven difusas.
Lecciones y reflexiones desde CactusFire
Algo que siempre destacaré de mi tiempo en CactusFire es cómo este proyecto me ayudó a aprender y a crecer en términos de programación y gestión de proyectos. Colaborar en CactusFire y trabajar con LHCLYT fue una experiencia que, a pesar de los altibajos, me enseñó mucho sobre cómo manejar proyectos complejos y colaborar con otros programadores. Sin embargo, la relación con LHCLYT tuvo un desenlace complicado. Las tensiones y los roces, que en un principio parecían parte de una amistad con bromas pesadas, terminaron por afectar nuestra relación. Él se enojó y decidió distanciarse, algo que en parte entiendo y acepto como consecuencia de nuestras interacciones. Reconozco mi responsabilidad en ello, pero también fue evidente que hubo un cierto dramatismo por su parte al alejarse.
Uno de los recuerdos más bonitos de mi tiempo en CactusFire es cómo, desde el inicio, fui de los primeros en hacer contribuciones significativas. Incluso llegué a diseñar y construir la página web para el proyecto según lo que yo entendía, aunque en ese momento mi conocimiento no era tan amplio. Mi motivación era, principalmente, aprender, crear y experimentar, más que la simple colaboración. Con el tiempo, me convertí en una parte fundamental del equipo técnico, aportando en las áreas más complejas del proyecto. Mientras tanto, LHCLYT tenía una gran habilidad para gestionar las relaciones y contactar a otras personas, algo que lo destacaba tanto como su tendencia a ganarse enemigos con la misma rapidez.
Sin embargo, había aspectos que me hacían ruido, pero que en ese momento, debido a mi juventud e inexperiencia, no les prestaba mucha atención. Por ejemplo, cuando LHCLYT presentaba CactusFire, rara vez mencionaba que había un equipo detrás o que colaboraba conmigo. Solía hablar de CactusFire como si fuera solo su proyecto, y aunque al principio no le di importancia, llegó un momento en que le pedí que reconociera mi participación. Le pedí aparecer en la descripción del bot como colaborador, algo que inicialmente le costó aceptar, pero que finalmente hizo.
Mirando hacia atrás, entiendo que esa falta de reconocimiento me incomodaba, aunque en su momento estaba tan enfocado en aprender y experimentar que lo dejé pasar. Mi afán por seguir creando y aprendiendo pesaba más que cualquier otra cosa. Además, hay que considerar que toda nuestra interacción era digital, ya que yo vivía en México y LHCLYT en España. Aunque en ocasiones hablábamos de cosas personales, esos momentos eran raros. La mayoría de nuestras conversaciones giraban en torno al trabajo, el código, y los proyectos. Recuerdo que incluso cuando yo intentaba acercarme más para compartir momentos de ocio, como jugar o hablar de cosas no relacionadas al trabajo, LHCLYT rara vez respondía a ese tipo de interacción. Para él, nuestra relación giraba principalmente en torno a lo que le interesaba: el proyecto y la programación.
Estos recuerdos, aunque reflejan cierta frustración, son una parte importante de mi experiencia y formación. Fue una etapa de crecimiento, aprendizaje y de entender la importancia del equilibrio entre colaborar y obtener el reconocimiento justo por el trabajo realizado.
Reflexionando sobre mi experiencia en CactusFire
Sé que al leer esto puede parecer que estoy hablando más de LHCLYT que de CactusFire, pero es necesario detallar estos contextos para que se entienda cómo fue realmente mi experiencia en el proyecto. Este blog busca compartir mi vivencia de forma honesta y sin censura, y soy consciente de que al hacerlo algunas personas estarán de mi lado y otras, especialmente LHCLYT, podrían no estar de acuerdo. Sin embargo, mi intención no es criticar ni atacar, sino compartir mi historia y cómo pasé de ser un colaborador activo en CactusFire a alejarme completamente por las tensiones y desacuerdos que surgieron.
Mi experiencia en CactusFire comenzó, como mencioné antes, cuando LHCLYT me invitó a participar debido a las dificultades que estaba enfrentando en el desarrollo. Él trabajaba en códigos complejos e implementaba funcionalidades interesantes, pero carecía de la comprensión técnica necesaria para llevarlos a cabo de manera eficiente. Esto lo llevó a pedirme ayuda en varias ocasiones. A menudo, yo terminaba ajustando, arreglando o incluso reescribiendo partes importantes del código. Era común que él me pidiera ayuda cuando un problema se volvía demasiado complicado, y aunque en ese entonces no me preocupaba mucho por la situación, con el tiempo me di cuenta de que se repetía una y otra vez.
Durante ese periodo, no me preocupaba tanto por los créditos ni por la visibilidad. En mi juventud y entusiasmo, estaba más interesado en aprender y experimentar. Sin embargo, mirando hacia atrás, comprendo que había un patrón: LHCLYT parecía querer mantener el control total sobre el proyecto, lo cual, dado que CactusFire era su creación, tenía sentido. Sin embargo, a medida que el bot crecía en popularidad y fama, empecé a notar que mi contribución, aunque reconocida internamente, rara vez se mencionaba en público.
Muchas veces, LHCLYT mencionaba CactusFire como si todo el trabajo hubiera sido suyo, y aunque entiendo que él podía decir que era su proyecto, en ocasiones sentía que se ignoraba el hecho de que no lo había hecho solo. Hubo momentos en los que sí reconoció mi trabajo, especialmente cuando era evidente para otros que yo había participado, pero siempre me quedó la duda de si, en otros círculos o fuera de nuestra colaboración directa, él hablaba de CactusFire como un proyecto completamente suyo, sin mencionar mi participación ni la de otros colaboradores.
Mi experiencia en CactusFire estuvo marcada por este tipo de situaciones. A pesar de mis esfuerzos y de haber colaborado en el desarrollo y la mejora del proyecto, a veces sentía que mi trabajo se desdibujaba en la narrativa de que todo era resultado de un esfuerzo individual de LHCLYT. Esto no era algo que me preocupara al inicio, pero con el tiempo y a medida que aprendía más sobre las dinámicas de colaboración, empecé a notar su importancia. Hoy en día, aplico una enseñanza clave que aprendí más adelante: las personas con las que trabajas pueden sumar o restar, y es esencial entender con quiénes colaboras y cómo lo haces.
Hubo ocasiones en las que quería implementar cambios o ideas nuevas, pero LHCLYT tenía miedo de arriesgarse. Era comprensible, ya que para ese momento el bot se había vuelto conocido y había ganado cierta reputación. Sin embargo, esto también llevó a tensiones, ya que a veces parecía que su temor a perder el control del proyecto lo llevaba a querer acaparar todo el crédito y a mostrarse reacio a adoptar ideas externas, incluso si provenían de colaboradores cercanos como yo.
Mi tiempo en CactusFire, por tanto, fue una mezcla de aprendizajes valiosos y situaciones que me hicieron reflexionar sobre cómo se manejan las colaboraciones y los créditos en los proyectos. A pesar de todo, aprendí mucho, tanto técnica como personalmente, y esa experiencia formó una parte importante de mi desarrollo como programador y profesional.
Momentos destacables en CactusFire: Aprendiendo bajo presión
Uno de los momentos más memorables de mi tiempo en CactusFire fue cuando trabajé en la primera versión de la página web del proyecto. Como estaba en mis primeras etapas de aprendizaje, era natural que hubiera aspectos que desconociera, especialmente en temas de seguridad web. Me enfoqué en hacer que la página funcionara y cumpliera con su propósito, pero no tenía la experiencia suficiente para anticipar ciertos riesgos, como la vulnerabilidad a ataques de robo de cookies y la falsificación de sesiones. Hoy en día, este tipo de problemas es algo que manejo mucho mejor en mis proyectos con autenticación, pero en ese momento, simplemente no estaba al tanto de esos riesgos.
Recuerdo claramente el día en que la web de CactusFire fue atacada. A decir verdad, nunca supe exactamente qué motivó a alguien a hacerlo, pero al escribir este blog, no puedo evitar pensar que tal vez algún comentario o acción de LHCLYT pudo haber desencadenado la situación. No puedo afirmarlo con certeza, pero me cuesta creer que alguien decida atacar un proyecto sin motivo aparente. Esta es solo mi opinión, pero la falta de contexto siempre me dejó con esa incógnita.
El ataque fue un momento de caos. Estuvimos corriendo de un lado a otro tratando de solucionar la situación y proteger la integridad de la web. Incluso llegamos al punto de apagar la máquina que alojaba la web para evitar que los atacantes hicieran más daño, ya que habían encontrado rutas que les permitían controlar la base de datos. Para mí, fue una experiencia impactante y un recordatorio de lo que significa trabajar en un proyecto real con exposición pública. La web que había creado, a pesar de sus fallos de seguridad
Aprendiendo lecciones importantes: el momento de la base de datos
Otro momento memorable en mi tiempo en CactusFire, y que me enseñó una lección clave sobre la gestión de bases de datos, ocurrió una noche en particular. Recuerdo ese día claramente porque era de noche y estaba lloviendo intensamente; el cielo se iluminaba con relámpagos y el sonido de los truenos retumbaba en la distancia. Estaba acostado cuando de repente recibí un mensaje urgente de LHCLYT: “CactusFire se está muriendo, se está apagando y no sé por qué”. Me levanté rápidamente, alarmado, preguntándome qué podría estar pasando.
Al revisar, descubrí que el problema estaba en la base de datos que usábamos: MongoDB. Nos dimos cuenta de que para un bot que realiza tantas solicitudes de escritura de manera constante, como CactusFire, MongoDB no era la mejor opción. Si bien MongoDB es excelente para hacer consultas y pedir información, o para almacenar datos sin una estructura fija y cambiante, no es tan eficiente cuando se trata de un entorno de lecturas y escrituras frecuentes. En ese momento, la base de datos estaba sobrecargada y no podía manejar la cantidad de solicitudes que recibía, lo que causaba que el bot fallara.
Ese día, estábamos en una llamada con otra persona, quien en ese momento era uno de los socios de CactusFire. Sin embargo, la relación entre LHCLYT y a quella persona terminó en una disputa, y no puedo profundizar en esos detalles por razones legales, así que lo dejaré hasta ahí.
Durante la llamada, estábamos desesperados buscando una solución. Recuerdo que le dije a LHCLYT que lo mejor sería apagar el bot para evitar más problemas y cambiar la base de datos a algo más robusto, como PostgreSQL. Sin embargo, LHCLYT no quería apagarlo, insistía en buscar una forma de mantener el bot en funcionamiento mientras solucionábamos el problema. Al final, logramos idear un plan que nos dio tiempo suficiente para reescribir parte del código y cambiar la base de datos a PostgreSQL, una base de datos que, incluso hoy en día, sigo utilizando en muchos de mis proyectos por su eficiencia y fiabilidad.
Fueron dos o tres días intensos de trabajo, cambiando y adaptando el código. Aunque no lo hice todo yo, en ese momento ya tenía una mentalidad diferente y delegué parte del trabajo. Expliqué cómo hacerlo y ayudé en la medida necesaria, pero no quise asumir toda la carga. Mi participación fue de aproximadamente un cuarto del esfuerzo, lo que marcó el inicio de mi alejamiento progresivo del proyecto.
Este fue uno de los momentos más significativos de mi experiencia en CactusFire, junto con el incidente de la web. Me enseñó la importancia de elegir adecuadamente la base de datos para cada proyecto y cómo un simple error en la selección puede poner en riesgo todo un sistema. Aunque fue un momento caótico y de mucha presión, lo recuerdo con claridad y gratitud por lo que aprendí.
Nota importante
Aunque en este blog he hablado mucho sobre mi relación con LH, lo he hecho para brindar un contexto claro de mi experiencia en CactusFire. Quiero subrayar que, aunque no fui parte central del proyecto, es importante entender que CactusFire y LH están intrínsecamente conectados. Muchas de las dinámicas y situaciones que compartí sobre mi trabajo con LH reflejan también cómo fue mi participación y contribución en CactusFire. A pesar de que ya no formo parte del proyecto, sé que CactusFire ha seguido adelante gracias al esfuerzo de muchas personas, tanto internas como externas, que han colaborado y aportado a lo largo del tiempo. En mi opinión, LH, por sí solo, no habría podido sostener el proyecto sin estas contribuciones, algo que se ha evidenciado en mi experiencia.
Es crucial mencionar que mi intención al compartir este relato no es criticar ni desacreditar a LH, sino ofrecer una visión honesta de cómo fue mi experiencia colaborando en CactusFire y cómo nuestras interacciones impactaron mi participación. Aunque a menudo nuestra relación se parecía más a un contacto profesional que a una amistad, y hubo momentos en los que corté mi relación con LH en dos o tres ocasiones a lo largo de los años, si algún día él decide volver y restablecer nuestra relación de manera personal, sin involucrar trabajo o pedir ayuda técnica, yo estaría dispuesto a socializar de nuevo. Sin embargo, cuando se trata de proyectos o colaboraciones profesionales, mi respuesta sería distinta: no estoy interesado en retomar ese tipo de dinámica.
Lo digo claramente para que todos lo sepan: estoy abierto a reconectar y mantener una relación personal con conocidos y amigos, pero en términos de proyectos y trabajo profesional, mi etapa con CactusFire ha concluido.